Siempre ha existido en torno a este oficio la figura de la mantenida, a veces a medio camino entre puta y amante.
Y siempre han rondado por los pasillos de burdeles y mentideros conversaciones sobre el golpe de suerte que Fulanita o Menganita tuvo, por ser retirada por un señor, más o menos pudiente, más o menos panoli.
Después venían las quejas sobre si a cambio había que dedicarle mucho o poco tiempo, sobre si el buen «enamorado» consentiría en que «viese a otros» o sobre que hacer para que no se enterase (incluyendo chivatazo de alguna envidiosa de tan jugosa condición)
Ellos a veces eran conscientes de estar sólo contratando lo que hoy, en gremios respetables y lucrativos llamamos una «iguala». Otras vivían o viven atormentados por la sospecha de no estar siendo correspondidos en sus verdaderas intenciones para con la señorita.
Y no hablo del amor verdadero entre una puta que se prenda de un cliente o viceversa.
Por ser esta situación el pan de cada día en tiempos difíciles, este fragmento de conversación figura como parte del paisaje de fondo en el castizo cine que recreó Jardiel Poncela en «Eloísa está debajo de un almendro»
MUCHACHA 2.°—(A la Muchacha 1.°) ¿Qué me dices? Chica, pues no lo sabía. Oye: ¿Y es hombre de mucha edá?
MUCHACHA 1.°—Cincuenta años.
MUCHACHA 2.°—¿Casao?
MUCHACHA 1.°—Sí; pero no se habla con la mujer.
MUCHACHA 2.°—¿Están regañaos?
MUCHACHA 1.°—No. Que ella se quedó afónica de una gripe.
MUCHACHA 2.°—¿Y es rico?
MUCHACHA 1.°—De lo más.
MUCHACHA 2.°—¿Te da mucha lata?
MUCHACHA 1.°—Mujer… pues lo corriente.
MUCHACHA 2.°—Y ¿cuánto te pasa al mes?
MUCHACHA 1.°—Once duros.
MUCHACHA 2.°—(Con irritación mal disimulada.) ¡Hija!… Yo no sé dónde encontráis esas gangas…
(…)
MUCHACHA 2.°—(A la Muchacha 1.°) Pues di que has encontrao una perla blanca, chica…
MUCHACHA 1.°—La verdá…; no es oro to lo que reluce, ¿sabes? Tie un defezto muy feo.
MUCHACHA 2.°—Mujer, algún defezto había de tener el hombre. ¿Y qué le ocurre?
MUCHACHA 1.°—Que es de lo más sucio y de lo más desastrao.
MUCHACHA 2.°—Bueno; pero eso con paciencia y asperón…
MUCHACHA 1.°—Tratándose de Felipe, no basta. Porque tú no te pues formar una idea de lo cochinísimo que es. En los últimos Carnavales, pa disfrazarse, se puso un cuello limpio y no le conoció nadie.
MUCHACHA 2.°—¡Qué barbaridad! (Siguen hablando aparte.)