Blog MariaG

04/04/2009

¡¡¡Acabo de darme cuenta!!! Ya apuntaba maneras

Filed under: ¿De dónde nace una una puta como yo? — MaríaG @ 3:31 am

Os parecerá insólito pero así es, me acabo de dar cuenta de que lo mío viene desde antigüo. Lo que no entiendo muy bien es el mecanismo mental por el que jamás se me había ocurrido que aquello era prostituirme. Y lo era.
La cosa empezó durante la universidad. Yo quería estar en contacto con la práctica clínica y necesitaba algo de dinero. Así que me puse a trabajar de auxiliar en una clínica. Después de cerrar, mi jefe me llevaba a casa. Y algunos sábados nos tomábamos el aperitivo con alguno más del personal.
Pasábamos muchas horas en la misma sala, hablábamos del mar y de los peces. Un día, cuando me llevaba de regreso, empezó a contarme los problemas con su mujer. Yo debía tener veinte años y era un tanto ingenua. Se me pasó por la cabeza que podría haber intenciones ocultas detrás de esa charla pero me lo negaba a mí misma, pensaba que debía ser estúpida por tener esas idas. Y lo cierto es que durante días contemplé la posibilidad de que fueran reales mis sospechas y eso me excitaba y me llenaba de pudor al mismo tiempo.

No sabría decir qué fue lo que empezó primero si el sexo o las bagatelas.

Algunos días me pedía que le trajera algo de picar de una panadería cercana, que comprara también algo para mí y cuando regresaba me decía que me quedara con el cambio. Siempre me ha gustado subrayar con lápices de colores y cuando tenía que comprar algo en la papelería de al lado, él sacaba dinero para que comprara lo que quisiera.
A mí todo me parecía muy normal.

Un día que estábamos solos a última hora se acercó por detrás y empezó a tocarme sobre la bata; al moverme yo inquieta su abrazo fue más fuerte y posó sus labios en mi cuello.
Ya estaba perdida.
Me sentí incapaz de resistirme. Y me dejé llevar. Siguieron besos y caricias furtivas por dentro de la ropa y más besos. Todo fue rápido, apasionado y me encontré subida encima de un hombre sentado en una silla, con la camisa abierta y la falda subida, los zapatos puesto y las bragas por los suelos.

Buscábamos el momento para encontrarnos solos, la ocasión, detrás de una puerta, para magrearnos e irnos calentando. Las visitas domiciliarias se alargaban, paraba el coche en cualquier descampado para sobarme a placer. Yo disfrutaba con toda esa picardía y buscaba un nuevo encuentro. Durante aquellos meses probamos todas las dependencias de la clínica .
Cuando su mujer se quedó embarazada aquello era un no parar, llegó incluso a ir a buscarme a casa fuera del horario de trabajo y llamarme para que fuera yo a la suya.

Un día me enamoré de otro. Entonces tomé la decisión de dejar estos escarceos y pensé que sería cosa fácil. Pero no fue así. Se pasaba el día metiendo su mano por cualquier parte de mi cuerpo, era tan descarado que incluso creo que las demás se daban cuenta,. Estaba malhumorado y cortante. Evité que me llevara en su coche. Ya no quiso tomar nada durante las horas de trabajo y yo no volví a comprar mis lápices.

Y poco después me despidió.

 

(Publicado 3-04-2009, texto recuperado de mi blog censurado)

2 Comments »

  1. Buenisima historia, no se si seras mejor como puta o como escritora?

    Comentario by Moises — 24/04/2011 @ 9:02 pm

  2. Gracias, pero tengo poco mérito, simplemente plasmo aqullo que quedó improntado en mis retinas. Es casi más difícil buscar las situaciones en las que me meto que luego contároslas a vosotros.

    Besos

    Comentario by MaríaG — 25/05/2011 @ 9:19 am

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